Reseña: MEN: Terror en las sombras

Después de un evento traumático, Harper (Jessie Buckley) decide tomarse un tiempo y rentar una casa en la campiña inglesa. Todo parece perfecto hasta que ve a un hombre desnudo en el bosque, y luego otra vez afuera de la propiedad. A partir de ahí, Harper tiene una serie de encuentros con distintos personajes del pueblo: el casero, el sacerdote, el barista, pero algo extraño parece estar pasando.

El director de esta película de terror psicológico que eventualmente se acerca más al del ‘body horror’ es Alex Garland, quien con tan solo tres películas en su currículo (Ex Machina y Aniquilación siendo las otras dos) se ha hecho de un nombre como un creativo que gusta de explorar grandes ideas por medio de una ciencia ficción siempre arraigada en lo humano.

Es por eso que sorprende que Men (un título irónicamente sencillo que a la vez parece aludir al clima político actual) tenga una tesis tan obvia.

A excepción de uno, todos los personajes masculinos de la película son interpretados por el actor Rory Kinnear. El truco es curioso y con una vena oscuramente cómica. Pero uno se queda esperando a que Garland tenga otro truco bajo la manga, o por lo menos algo más que decir.

Sí, la película intenta tener un subtexto edénico que se nos es restregado hasta el cansancio. Y alude de cierta manera al trauma generacional que los hombres han infligido a las mujeres por siglos; un ciclo que es, además, interminable, como el alucinante final nos lo hace saber.

Pero detrás de la atmósfera e imágenes sumamente inquietantes hay una protagonista y una relación de la que no sabemos prácticamente nada. Todo es increíblemente unidimensional y sencillo. ¿Es Garland queriéndonos decir que así son los hombres? Queda a la interpretación.

Título original: Men
Año: 2022
País: Gran Bretaña
Director: Alex Garland
Elenco: Jessie Buckley, Rory Kinnear, Paapa Essiedu

Esta reseña apareció inicialmente en la sección Primera Fila del periódico Reforma.

Pepe Ruiloba
pepe@cinepantalla.com

Apasionado del cine, la televisión y el olor a tierra mojada de Guadalajara. Crítico de cine y programador de festivales. Más Forrest que Pulp, pero para todos hay. Y pa fregonas... Salma.

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