
05 Mar Reseña: Honey Boy
Shia LaBeouf ha pasado gran parte de los últimos años en titulares por su conducta extracurricular, desde enfrentamientos con las autoridades, hasta abuso de sustancias y proyectos artísticos autorreferenciales como filmarse viendo un maratón de sus propias películas.
Poco sabíamos, la mayoría, sobre la tormentosa niñez que tuvo a lado de su padre, un hombre frustrado y conflictivo que explotó el talento de su hijo y apenas le permitió tener precisamente eso: una infancia real.
Shia escribió el guion mientras estaba en rehabilitación, seguramente como una especie de catarsis. Suena indulgente, pero el resultado final no solo es extremadamente personal, sino honesto, franco y con empatía por todos sus personajes. Si vas a llevar tu terapia al cine, ésta es la manera de hacerlo.
La documentalista israelí Alma Har’el da el brinco a la ficción y muestra un entendimiento nato por la historia de este actor que en su adolescencia fue considerado como “la próxima superestrella de Hollywood”, logrando fama inmediata con la saga de Transformers y trabajando con directores de la talla de Steven Spielberg y Oliver Stone.
Har’el logra crear momentos de genuino horror en las interacciones entre padre e hijo, además de filmar con brío e imaginación sin perder de vista el elemento humano de la historia que está contando.
Ayuda también el contar con tres actores haciendo un estupendo trabajo: Shia como su propio padre con una garra e intensidad que alarman, Lucas Hedges en su versión adulta con abarrotado enojo, y sobre todo Noah Jupe interpretándolo de chico con increíble soltura y mucha, demasiada, melancolía.
Título original: Honey Boy
Año: 2019.
País: Estados Unidos.
Director: Alma Har’el.
Elenco: Noah Jupe, Shia LaBeouf, Lucas Hedges.
Esta reseña apareció originalmente en los periódicos Mural y Reforma.
Sorry, the comment form is closed at this time.