Toronto y (su) nueva normalidad

Después de haber tenido una edición mayoritariamente digital en 2020 a raíz de la pandemia que azota al mundo, el Festival Internacional de Cine de Toronto regresó este año con un formato híbrido que se tradujo en una experiencia completamente diferente para cada persona dependiendo de su ubicación en el orbe.

La edición digital no presentó la mayoría de las producciones de renombre, y aunado a esto, la selección se vio limitada por el geobloqueo específico de cada región. Esto resultó en una experiencia alternativa más espontánea y similar a un festival como Sundance, siempre buscando descubrir las joyas entre un programa que esta vez tuvo alrededor de 130 películas, poco más de una tercera parte de su tamaño habitual.

La experiencia en la ciudad se vio enmarcada, como se esperaba, por varios cambios que hicieron énfasis en la seguridad de los asistentes. Para ingresar a cualquier sede del festival se tenía que presentar prueba de vacunación, las salas presentaban menos de la mitad de su capacidad, y se eliminaron las tediosas filas a cambio de un sistema de apartado digital… y limitante.

Por todo esto, se vieron menos estrellas mediáticas, pero Jessica Chastain, Benedict Cumberbatch, Denis Villeneuve, Jamie Dornan y Rebecca Ferguson se encargaron de hacer ruido y acaparar los reflectores junto con Kenneth Branagh, cuya película Belfast resultó la gran ganadora del Premio del Público.

Estrenos mundiales

Al venir antecedido por otros festivales importantes que se llevaron a cabo en un espacio de dos meses como Cannes, Venecia y Telluride, el festival de Toronto vio sus estrenos mundiales visiblemente reducidos, pero aun así tuvo mucho que ofrecer.

Uno de sus estrenos más sonados fue la película inaugural, Dear Evan Hansen, una adaptación del éxito de Broadway de la mano del director Stephen Chbosky que no fue muy bien recibida, sobre todo por tener de protagonista a Ben Platt interpretando a un adolescente. La reacción, a mi parecer, es exagerada, y si bien el tema y material se prestan para el debate, me pareció un sólido y emocional musical con actuaciones por demás comprometidas de un elenco que incluye a Amy Adams, Julianne Moore, y Kaitlyn Dever.

Otra de las cartas fuertes del festival fue The Eyes of Tammy Faye, una película biográfica sobre la televangelista del título y su esposo Jim Bakker, que si bien sigue los tropos comunes del género, destaca por una extraordinaria actuación de Jessica Chastain que bien la podría llevar a los premios de fin de año.

El documental Jagged hace un recorrido por la carrera de la cantante Alanis Morissette hasta el lanzamiento de su icónico disco ‘Jagged Little Pill’, y las repercusiones que el éxito tuvo en su vida. Se trata de un trabajo sólido y celebratorio cuyo estreno se vio mermado por declaraciones de la artista anunciando que no apoyaba el resultado final, a pesar de que el documental está armado con base en una extensa entrevista donde se muestra muy abierta a tocar todo tipo de temas.

En The Humans, Stephen Karam adapta su propia obra a la pantalla grande, poniendo a una familia sobre la mesa para celebrar el día de Acción de Gracias y, por supuesto, darle vuelo a secretos y enfrentamientos. Filmada casi como una película de terror, el departamento donde se lleva a cabo la acción juega un papel más en la historia, la cual está anclada en grandes actuaciones de Richard Jenkins y Jayne Houdyshell.

Y sobre esta línea, otros actores que entregaron sobrias actuaciones fueron Olivia Munn en Violet, Ben Foster en The Survivor, Riz Ahmed en Encounter, Naomi Watts en Lakewood, y Jack Lowden en Benediction; esta última la más reciente producción del laureado director Terence Davies, quien retrata melancólicamente y con mucho filo la vida del poeta homosexual Siegfried Sassoon.

Las plataformas de streaming también se hicieron presentes con estrenos mundiales previos a su lanzamiento en la pantalla chica. Netflix llevó, entre otras, The Guilty con Jake Gyllenhaal, The Starling con Melissa McCarthy, y 7 Prisoners con Rodrigo Santoro, siendo esta última la que llamó más la atención por su retrato visceral de la explotación laboral y trata de personas en el Brasil contemporáneo.

Amazon, por otro lado, presentó la antes mencionada Encounter, y The Electrical Life of Louis Wain, una biografía inusual del artista del título, quien hiciera famosos a los gatos por medio de sus famosas pinturas, y que cuenta con Benedict Cumberbatch y una encantadora Claire Foy en modo Mary Poppins.

La presencia de México también se dejó sentir con el excelente documental Comala de Gian Cassini, un retrato muy personal de su papá y la búsqueda de sentido sobre la inmersión de su familia en un ciclo violento y criminal que apenas el director pudo romper.

Y de Guatemala llegó Cadejo Blanco, que se mete de lleno en el mundo de las pandillas cuando una joven logra infiltrarse en una de ellas para buscar a su hermana; una película muy fuerte y bien lograda del director Justin Lerner.

Del mundo a Toronto

Toronto suele ser un repositorio de lo mejor que se vio en festivales como Sundance, Berlín, Cannes, Venecia y Telluride, permitiendo al público y a la prensa ponerse al corriente de lo que se ha visto durante el año. Esta vez no fue la excepción.

Desde Cannes llegó la ganadora de la Palma de Oro, Titane, esta película francesa de Julia Ducournau que tomó a todos por sorpresa y no ha dejado indiferente a nadie. Tan solo en sus primeros minutos somos testigos de cómo nuestra protagonista asesina a varias personas y tiene sexo con un coche. Y esto solo es el inicio de un viaje impredecible, grotesco, y sorpresivamente conmovedor, con dos grandes actuaciones de Agathe Rousselle y Vincent Lindon. Una película de culto instantáneo.

Otra gran favorita personal fue The Worst Person in the World, que le dio el premio a la mejor actriz a la maravillosa Renate Reinsve. Dividida en capítulos -todos brillantes- sobre la vida y psique de una mujer llegando a los treintas, Joachim Trier y su protagonista nos llevan por varias aventuras y desventuras, lidiando con temas cotidianos de forma inteligente, empática, y muy apasionada.

Bergman Island, de la directora Mia Hansen-Løve, pone a Tim Roth y Vicky Krieps como una pareja de creativos visitando la isla donde vivió el afamado director Ingmar Bergman, lo cual desencadena una serie de emociones que luego se ven plasmadas en una historia ficticia con Mia Wasikowska y Anders Danielsen Lie, convirtiéndose entonces en una especie de meta reflexión sobre el proceso creativo, las relaciones, los deseos y los sueños. Me podría haber quedado ahí por horas.

Otra gran favorita fue A Hero, que de la mano del director iraní Asghar Farhadi ya es prácticamente garantía automática. Esta película se llevó el Gran Premio del Jurado en Cannes -equivalente al segundo lugar- y sigue a un preso que quiere saldar una cuenta pendiente para poder salir de la cárcel, pero todo le sale mal y una mentira desencadena una serie de acontecimientos que parecen no parar. Fiel al estilo del director, la película está cargada de dilemas éticos que nos hacen reflexionar al tiempo que no podemos quitar los ojos de la pantalla.

Llevándose el mismo premio en un inesperado empate, Compartment No. 6, del director Juho Kuosmanen, nos sitúa en un tren recorriendo una gélida Rusia y donde nuestra protagonista tiene que compartir cabina con un hombre con el que choca inmediatamente. La película funciona gracias al desarrollo de estos dos extraños, pero también como un escaparate muy detallado sobre el entorno, tanto físico como social, en el que se sitúa la historia.

Otras ofertas de Cannes incluyeron Drive My Car, de Ryûsuke Hamaguchi, que se llevó el Premio Especial del Jurado y ha sido casi unánimemente aclamada (a mí no me pregunten por qué), así como la confrontativa Ahed’s Knee de Nadav Lapid, la fallida pero entretenida France de Bruno Dumont, y la vergonzosamente mala Three Floors de Nanni Moretti.

El festival de Venecia también se hizo presente, encabezado por la que fue mi película favorita del festival, Spencer. Esta película del director chileno Pablo Larraín toma la figura de la Princesa Diana y la coloca en una vacación de fin de semana con su familia política cuando la relación con el Príncipe Carlos ya no daba para más. No es una película biográfica ni convencional, todo lo contrario. Larraín toma el sufrimiento interno de Diana y lo maximiza para representar ideas, sensaciones y emociones a través de una figura trágica a la que increíblemente le logra imprimir frescura sin que el peso de todo lo que sabemos sobre ella se le salga de las manos. Y todo esto anclado por una gran banda sonora de Jonny Greenwood y una Kristen Stewart luminosa que lo merece todo.

The Power of the Dog le dio el premio a la mejor directora a Jane Campion, quien filma la novela de Thomas Savage casi como una película de terror, enmarcada por temas de machismo y represión sexual en la Montana de 1925, y llegando a un impactante final que le agrega aún más lecturas. Jonny Greenwood y su turbadora partitura son protagonistas una vez más, y Benedict Cumberbatch, Kirsten Dunst y Kodi Smit-McPhee dejan absolutamente todo sobre la mesa.

Otra gran película llegó cortesía de Penélope Cruz y Antonio Banderas, quienes estelarizan Competencia Oficial de los directores argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn. Se trata de una sátira sobre la industria del cine, poniendo a una directora y dos actores en hilarantes planos mientras ensayan previo a la filmación de una película.

Una de esas decepciones con las que hay que vivir la experimenté con la Dune de Denis Villeneuve, quien a pesar de hacer todo bien en cuestión de espectáculo, se queda corto en el lado humano, con una seriedad apabullante que no deja entrar ninguna otra emoción.

México se vio representado por cuatro propuestas que fueron de lo sólido a lo decepcionante, y que son, en ese orden, El otro Tom de Rodrigo Plá, La caja de Lorenzo Vigas, El hoyo en la cerca de Joaquín del Paso, y Sundown de Michel Franco, quien además vuelve a encender la flama que dejó su anterior película, aunque este es un ejercicio menor que seguramente no tendrá el mismo impacto.

Finalmente, otras películas a destacar tras sus estrenos en Telluride, Sundance, Sitges, o Berlín, son Belfast de Kenneth Branagh, película bonita y bien lograda que estará muy presente en la temporada de premios aunque a mi parecer la están inflando de más; Flee de Jonas Poher Rasmussen, que cuenta la impactante historia de un refugiado afgano gay por medio de la animación; I’m Your Man de Maria Schrader, con un cautivante Dan Stevens actuando en alemán; The Rescue de Elizabeth Chai Vasarhelyi y Jimmy Chin, sobre el rescate real de unos niños tailandeses atrapados en una cueva; y Petite Maman de Céline Sciamma, un cuentito conmovedor sobre una niña que se hace amiga de su madre en la forma de otra niña.

¡Hasta el año que viene!

Una versión más breve de este artículo apareció en la Revista MEXA en su edición de Octubre 2021: https://issuu.com/revistamexa

Pepe Ruiloba
pepe@cinepantalla.com

Apasionado del cine, la televisión y el olor a tierra mojada de Guadalajara. Crítico de cine y programador de festivales. Más Forrest que Pulp, pero para todos hay. Y pa fregonas... Salma.

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