28 Feb Reseña: El contador de cartas

William Tell (Oscar Isaac) envuelve todos los muebles de las habitaciones de los hoteles en los que se hospeda con sábanas blancas, una peculiar acción que puede interpretarse de muchas maneras.

Así funciona la mente de este exmilitar que ahora se dedica a jugar cartas, y que es convencido por una patrocinadora (Tiffany Haddish) para competir en varios torneos. William, sin embargo, vive atormentado por su pasado, y mantiene cerca al joven Cirk (Tye Sheridan) mientras este busca vengar a su padre.

Fiel a su estilo, el director y guionista Paul Schrader se mueve entre estas líneas con una intensidad nata, retratando en la figura de William la dificultad para salir de un ciclo de violencia y encontrar la redención, en este caso tomando el rol de una figura paterna para salvar a alguien más y quizás conseguir un poco de paz.

Isaac realiza un magnífico trabajo interpretando a un hombre difícil de clasificar o entender, pero que sigue cierto código moral y busca mantenerse dentro de esas limitantes. Es cuando la historia nos lleva a su inquietante pasado en la prisión Abu Ghraib que empezamos a armar ese misterioso rompecabezas, uno que en ningún momento es condescendiente sino cada vez más complejo.

La película está en tierra firma mientras navega por el psique de William, pero tropieza estrepitosamente cada vez que Haddish sale en pantalla. Una actriz mejor conocida por sus roles cómicos, aquí nunca logra encontrar el tono adecuado ni convencernos del rumbo que su personaje toma.

Aun así, la película -que cuenta con Martin Scorsese como productor ejecutivo y estuvo listada en la posición 9 por la prestigiosa revista Cahiers du Cinéma como lo mejor del 2021- posee un inquietante poder que en las manos de Schrader es difícil de sacudirse.

Título original: The Card Counter
Año: 2021
País: Estados Unidos
Director: Paul Schrader
Guion: Paul Schrader

Esta reseña apareció inicialmente en la sección Primera Fila del periódico Reforma, el 25 de febrero de 2022.