
31 Mar Un ojo en Berlín
Cuando se llevó a cabo el Festival Internacional de Cine de Berlín a mediados de febrero del presente, el mundo era –acaso- un lugar más inocente. Si bien el festival transcurrió sin eventualidades más allá de ser de una edición mucho más moderada debido a los efectos de la pandemia, al pensar atrás parece como si todo hubiera sido un sueño lejano lleno de risas, glamour, y cine.
Y es que tan solo días después de que terminara, Rusia empezaría a bombardear a Ucrania, Berlín se convertiría en un campo de protestas, y además se vería un resurgimiento de contagios por el virus. Todo puede cambiar en un instante, pero esos once días quedan como el recuerdo del primer festival grande del año que se lleva a cabo de forma presencial, y con la esperanza de que las cosas mejoren en todos sentidos.
Las mujeres mandan
Después de que el festival abriera con la proyección del nuevo largometraje del multifacético director francés François Ozon, Peter von Kant –un remake muy almodovariano del clásico de Rainer Werner Fassbinder, The Bitter Tears of Petra von Kant, pero con los roles invertidos- fueron las mujeres quienes más dieron de qué hablar.
La directora catalana Carla Simón, que ya había ganado unos años antes con su ópera prima Estiu 1993 en la sección paralela Generation, se alzó esta vez con el Oso de Oro con su nueva producción, Alcarrás, sobre una familia lidiando con la desaparición de las actividades tradicionales de agricultura suplantados por métodos más modernos.
Por otro lado, el Premio del Jurado Oso de Plata –o lo equivalente al tercer lugar- se lo llevó la directora mexicana Natalia López Gallardo con Robe of Gems, la única película latinoamericana en la competencia oficial, sobre tres mujeres que lidian con la justicia y corrupción tras la desaparición de otra de ellas en su círculo cercano. La película cuenta en su elenco a Nailea Norvind y a Juan Daniel García Treviño, protagonista de la aclamada Ya no estoy aquí.
Esa no fue la única película en la que García Treviño se pudo ver en la Berlinale, ya que también presentó El norte sobre el vacío. La producción de la directora Alejandra Márquez se presentó en la sección Panorama, y a pesar de que yo no tuve oportunidad de verla, la recomendación de boca en boca durante el festival estuvo a toda potencia, con gente de la industria y asistentes locales hablando maravillas de ella. Panorama es una sección no competitiva, pero esperemos que este aclamo signifique un brinco para Márquez, quien con Las niñas bien también llegó muy lejos.
Regresando a la competencia oficial, la legendaria Claire Denis se alzó con el premio a mejor directora por su trabajo en Fire, un drama muy francés estelarizado por Juliette Binoche y Vincent Lindon que en la opinión de quien esto escribe no tiene nada muy destacable más allá del excelente trabajo de las dos leyendas que la encabezan.
Y Berlín es además uno de los pocos festivales que han adoptado la modalidad de dar premios a las mejores actuaciones sin especificar género. En este caso el premio para mejor actuación principal fue para la actriz Meltem Kaptan por Rabiye Kurnaz Vs. George W. Bush y el de reparto fue para Laura Basuki por Before, Now & Then.
Cabe destacar también que el Oso de Oro Honorífico se lo llevó Isabelle Huppert, quien tuvo que cancelar su presencia días antes por dar positivo de COVID. En la gala de premiación, la conmovida actriz se presentó vía remota, pero la ceremonia fluyó casi como si estuviera ahí presente. Lo lamentable fue la película que se presentó después, About Joan, de la que mientras menos se diga mejor.
El premio Teddy
Uno de los premios independientes de la Berlinale son los Teddy Awards, que con 36 ediciones bajo la manga son el reconocimiento al cine LGBTQ+ más longevo y prestigioso del orbe. En esta edición fui invitado como jurado junto con Faridah Gbadamosi, Joanna Ostrowska y Robert Moussa.
Después de haber visto más de 40 producciones que incluían largometrajes de ficción, documentales, cortometrajes y exhibiciones, las dos grandes ganadoras fueron producciones de Latinoamérica.
La película brasileña Três tigres tristes del director Gustavo Vinagre se llevó el premio como mejor largometraje de ficción, mientras que la producción colombiana Alis de los directores Clare Weiskopf y Nicolás van Hemelryck se alzaron con el Teddy al mejor largometraje documental.
Por otro lado, se entregó el premio del jurado a Nelly & Nadine de Magnus Gertten, un documental que seguro dará de que hablar durante el año sobre la conmovedora historia de amor entre dos sobrevivientes del Holocausto que se conocieron en un campo de concentración.
Y finalmente, el mejor cortometraje fue para Mars Exalté de Jean-Sébastien Chauvin.
Vale la pone también poner en el radar a otras producciones como Rimini, Un año una noche, Shall I Compare You to a Summer’s Day?, Beautiful Beings, Girl Picture, Into My Name, Nobody’s Picture, Dreaming Walls, y Starfucker, mientras vemos qué depara el resto del año y dejamos atrás una edición más del festival más político, radical y vanguardista de todos.
Una versión de este artículo apareció en la Revista MEXA en su edición de Marzo 2022. Síganla en https://www.instagram.com/revistamexa
Gráfico: Daniel López (IG: @solo.dann)
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