Reseña: Oppenheimer

A principios de los años cincuenta, el presidente de la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos, Lewis Strauss (Robert Downey Jr.), invita al científico Robert Oppenheimer (Cillian Murphy) a trabajar con él y le ofrece presentarle a Albert Einstein (Tom Conti). “No hace falta”, le contesta, “ya nos conocemos”.

Para entonces, Oppenheimer ya era conocido como el hombre detrás de la creación de la bomba atómica, misma que fue lanzada en agosto de 1945 sobre dos ciudades japonesas, matando a miles de civiles, pero poniéndole fin a la Segunda Guerra Mundial.

Esa dualidad es precisamente lo que le da el pulso a esta, quizás la película más densa de Christopher Nolan. Oppenheimer era un hombre de ideales y motivaciones complejas, rodeado de comunistas sin realmente pertenecer al movimiento, consciente de las consecuencias de sus actos, pero con un sentido patriótico firmemente arraigado. Un hombre, sobre todo, con un gran ego y una visión particular del mundo, y al que además le gustaba jugar con fuego (valga la redundancia).

Lo que hace Nolan con su historia va más allá de una simple biografía, logrando captar todos estos matices por medio de varios artilugios típicos de su filmografía, pero llevados aquí a su máximo esplendor. Así, crea un drama de tres horas que consiste en gran medida de hombres hablando entre ellos en cuartos pequeños, pero haciéndolo sentir como si fuera una película de acción. Esto ayuda sobre todo en el tercer acto, que tiene algo de anticlimático pero que amplía aun más el papel que jugó Oppenheimer en la historia (sí, del mundo).

El mismo Nolan escribió el guion basado en el libro “Prometeo Americano: El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer”, de Kai Bird y Martin J. Sherwin, y lo que hace con él es admirable, armando su película por medio de escenas muy cortas -haciendo que se mueva todo más rápido- y una economía de diálogo tal, que con pocas palabras logra captar perfectamente la esencia del momento, de los personajes, y aun así moviendo la historia hacia adelante.

Nolan, su editora Jennifer Lame, el fotógrafo Hoyte Van Hoytema y el compositor Ludwig Göransson, unen fuerzas para tratar cada momento como un punto determinante. El estilo puede gustar o no -es prácticamente lo opuesto a una película minimalista- pero estos recursos le dan un aire de grandiosidad a una narrativa que podría haber caído en el tedio muy fácilmente, y juntos encuentran formas bastante efectivas de mostrar el estado mental de su protagonista.

En su sexta colaboración con el director, Cillian Murphy hace un trabajo impecable en el rol titular, y está acompañado de un quién es quién de actores de Hollywood, destacando un envejecido Robert Downey Jr. y la más que bienvenida presencia de Florence Pugh y Emily Blunt. Quiero pensar que el uso de todos esos actores reconocidos no fue coincidencia, sino Nolan ayudándonos a recordar mejor tantos nombres, caras, y situaciones en las diferentes líneas de tiempo.

Al final de cuentas, el mayor logro de la película es la forma en la que pone temas relevantes sobre la mesa para invitar a una inteligente reflexión sobre el alcance del poder versus la vida humana, el jugar a ser Dios y las ramificaciones que eso puede tener y, por supuesto, el absurdo de la guerra. Todo siempre empapado de politiquería e intereses personales, y con el riesgo e inevitabilidad de repetir la historia. Sin duda, lo estamos viviendo hoy con el tema de la inteligencia artificial.

Título original: Oppenheimer
Año: 2023
País: Estados Unidos
Director: Christopher Nolan
Elenco: Cillian Murphy, Robert Downey Jr., Emily Blunt, Florence Pugh, Tom Conti, Josh Hartnett

Una versión resumida de esta reseña apareció inicialmente en la sección Primera Fila del periódico Reforma.

Pepe Ruiloba
pepe@cinepantalla.com

Apasionado del cine, la televisión y el olor a tierra mojada de Guadalajara. Crítico de cine y programador de festivales. Más Forrest que Pulp, pero para todos hay. Y pa fregonas... Salma.

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