Reseña: El joven Ahmed

Desde que los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne asistieron por primera vez a Cannes con su película Rosetta (1999) -y se llevaron la Palma de Oro- sus siguientes siete películas han sido invitadas para competir en el certamen, llevándose el prestigioso galardón una vez más en 2005 con El niño.

Uno va a sus películas sabiendo más o menos que esperar: un estilo casi documental, de tomas largas, sobre gente de clase media envuelta en encrucijadas éticas, con un control firme de sus narrativas y (casi) siempre alejándose de sentimentalidad desbordada.

El joven Ahmed no es la excepción, aunque esta vez deciden tocar un tema más delicado, aquel del extremismo religioso y cómo la impresionabilidad de un niño de 13 años y su fanatismo hacia el Islam lo llevan a actuar (o querer hacerlo) de forma alarmante.

Sus acciones lo llevan a un centro de detención para menores donde lleva a cabo labores de granja, y donde sus tutores tratan de desprogramarlo. Y aunque hay un cambio en su actitud, uno no sabe si es real o si solo está pretendiendo. La tensión es constante, y la película funciona casi como un ejercicio de horror.

Aun así, el acercamiento que los Dardenne hacen del tema se queda en un nivel frustrantemente superficial, haciendo de su galardón como Mejor Director(es) en Cannes una curiosidad poco imaginativa.

No es de sorprenderse que las escenas donde Ahmed tiene conversaciones reales con personas como su madre o una niña en el centro sean las más efectivas, mientras que el constante estilo serpenteante y contemplativo de los directores resulta en una barrera que nos mantiene a distancia.

Título original: Le jeune Ahmed.
Año: 2019.
País: Bélgica, Francia.
Directores: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne.
Elenco: Idir Ben Addi, Myriem Akheddiou, Claire Bodson.

Esta reseña apareció originalmente en los periódicos Mural y Reforma.

Pepe Ruiloba
pepe@cinepantalla.com

Apasionado del cine, la televisión y el olor a tierra mojada de Guadalajara. Crítico de cine y programador de festivales. Más Forrest que Pulp, pero para todos hay. Y pa fregonas... Salma.

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